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Escultura Virgen, Dama Orante: Virgen del Rosario, la Galeona.

700 

SERIE DAMA ORANTE
DAMA ORANTE LA GALEONA
Imagen modelada y reproducida en Edición Limitada por Rafael Laureano en la que apreciamos como la tradición y el estilo personal del autor se funden en piezas exclusivas que llenarán tu hogar de distinción y personalidad. La Dama está revestida de anagramas circundados por rosarios, un manto de leopardo y una ráfaga que destella luz, como las estrellas que guiaban a
los galeones en la oscura noche.
Estas esculturas nos hablan de la tradición espiritual andaluza, del profundo arraigo icónico que une en la actualidad al arte antiguo y contemporáneo. Esta reinterpretación de iconos clásicos es una de las formas de abanderar la herencia generacional que nos llega, y a su vez, mostrarla en un lenguaje que habla de nuestro presente.

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SERIE DAMA ORANTE
DAMA ORANTE LA GALEONA
Realizada en resina, papel italiano, encaje metalizado realizado a mano y corona de metal.
Se encuentra policromada con: acrílico, óleo, tinta y esmalte.
870 gr
45,5 cm alto
28 cm ancho
16 cm profundidad

Imagen modelada y reproducida en Edición Limitada por Rafael Laureano en la que apreciamos como la tradición y el estilo personal del autor se funden en piezas exclusivas que llenarán tu hogar de distinción y personalidad. La Dama está revestida de anagramas circundados por rosarios, un manto de leopardo y una ráfaga que destella luz, como las estrellas que guiaban a los galeones en la oscura noche.
Estas esculturas nos hablan de la tradición espiritual andaluza, del profundo arraigo icónico que une en la actualidad al arte antiguo y contemporáneo. Esta reinterpretación de iconos clásicos es una de las formas de abanderar la herencia generacional que nos llega, y a su vez, mostrarla en un lenguaje que habla de nuestro presente.
Historia: El gran imperio otomano amenazaba a los reinos y territorios cristianos. Los pequeños enfrentamientos en distintas islas y zonas colindantes por el dominio del mediterráneo entre cristianos y otomanos eran frecuentes. Tras largos años de pequeños enfrentamientos el Papa San Pío V, logró reunir la llamada “Santa Liga” formada por: el Imperio Español, República Veneciana, Estados Pontificios, República de Génova, Orden de Malta, Gran Ducado de Toscana, Ducado de Saboya, Caballeros de San Lázaro y Orden Militar de San Esteban.
Los católicos fueron liderados por el español D. Juan de Austria, el hijo bastardo aunque reconocido del gran emperador Carlos I de España y V de Alemania, hermano del monarca en el ejercicio en aquel momento Felipe II. La flota cristiana se enfrenta a la otomana el 7 de octubre de 1571 en la mayor contienda naval de todos los tiempos, denominada así por el archiconocido escritor D. Miguel de Cervantes, que participó en la batalla y le lesionaron un brazo adoptando desde aquel momento el sobrenombre de “manco de Lepanto”. San Pío V, como buen dominico, encomendó la victoria de la batalla a la Santísima Virgen del Rosario.
La influencia de la orden dominicana en el mundo y especialmente en el reino español era enorme. Recordemos que gestionaban en gran medida la Santa Inquisición, eran confesores de los reyes en diferentes reinados y fue importantísimo el papel de la orden para que Isabel la
Católica apoyase el viaje de Cristóbal Colón en el cual se descubrieron las Américas.
Es por ello que la devoción a la Virgen del Rosario estaba muy extendida, y se celebraba el primer domingo de cada mes. Ese 7 de octubre de 1571, primer domingo de octubre de aquel año, la flota cristiana vence a la otomana aún estando en minoría en número de barcos y
soldados. Desde aquel 7 de octubre de 1571, es el día dedicado a la Virgen del Rosario Reina de las Victorias en agradecimiento por su intersección, además de tomarse como patrona y protectora de la Armada española. Muchos son los grabados del s. XVIII en los que se nombran a la Virgen del Rosario como patrona, capitana y protectora de las flotas de Indias y la mar océano
hispánica.
En los galeones españoles era habitual ver su imagen en los barcos (especialmente la de Cádiz), inclusive con Juan Sebastián el Cano. Desde 1571 y hasta 1901 era lo común en las flotas españolas. Esto le supuso la denominación como “La Galeona”.

Ese es el origen de esta extraordinario nueva obra de Rafael Laureano, una interpretación personal dentro de su serie “Damas Orantes” a la Virgen del Rosario que acompañó durante siglos las expediciones y grandes batallas españolas.
En el vestido tono coral de la imagen, podemos apreciar el anagrama de María coronado y rodeado por un rosario. Este motivo hace una clara alusión al original vestido de plata de la Titular de la Archicofradía del Rosario de Granada.
La imagen está subida al orbe celeste que puede recordar a las Inmaculadas de Murillo o a otras de la misma advocación realizadas por Pedro de Mena. La circunda una ráfaga, la Virgen está vestida de Sol, como describe en el Apocalipsis San Juan. Su manto está estampado con flores y otras manchas de color que recuerda a la piel del leopardo, dándole un toque de contemporaneidad. Por último, un corte diagonal rosa muy claro domina la pieza en su zona inferior, algo muy característico en las obras tanto de pintura como escultura en la obra de Laureano, al salirse de los márgenes y que la escultura se mimetiza con el entorno al igual que un camaleón.